Dadas las circunstancias que rodean el inicio del nuevo curso escolar, que han inquietado y agitado al conjunto de los trabajadores de la enseñanza, la Federación de Enseñanza de USO manifiesta que: Desde el comienzo de la crisis económica y sus repercusiones en nuestro mercado laboral, la USO viene manifestando que es necesario aplicar políticas de austeridad, un control riguroso del gasto público y una ejemplar transparencia en su gestión. El criterio de eficiencia en el gasto tiene que hacerse respetando un esquema de prioridades.
1. Ello implica que los recursos públicos deben garantizar especialmente la calidad de los servicios básicos y esenciales a los ciudadanos: la educación, la sanidad, la dependencia y las pensiones.
2. La actual crisis económica, excepcional en nuestra historia reciente, no exige ineludiblemente las medidas concretas de recorte en la inversión pública en educación llevadas a cabo tanto por el Gobierno central como por algunas Comunidades Autónomas.
3. FEUSO rechaza los recortes presupuestarios en educación. Máxime si tienen una repercusión negativa en el empleo. Al contrario, pensamos que la necesidad urgente de la sociedad es crear empleo para salir de la crisis.
4. Darle a la educación la prioridad presupuestaria en momentos de crisis es una herramienta necesaria e imprescindible para superar dicha crisis. Una política que actúe sobre la enseñanza desde la perspectiva negativa y única de reducir el gasto es un error. Para FEUSO, el presupuesto en educación es siempre una inversión a medio o largo plazo esencial para garantizar un futuro mejor a cualquier sociedad.
5. FEUSO recuerda que el profesorado es la pieza clave para conseguir una educación de calidad. El prestigio del profesorado y el reconocimiento de la función docente no pueden ser cuestionados porque debilita al sistema educativo y lo daña de forma grave.
6. FEUSO está en contra de cualquier actuación que suponga una destrucción del empleo en el sector y de cualquier ampliación de la carga lectiva.
7. La jornada docente debe guardar un equilibrio razonable entre el tiempo dedicado a la impartición de clases y la carga de trabajo no lectiva que ellas exigen (preparación, correcciones, evaluación, tutoría, atención a la diversidad, etc.). Un incremento de la jornada lectiva o del número de alumnos por aula aumenta significativamente el trabajo final del profesorado, al que se le pide estar siempre al máximo nivel dada la naturaleza de la tarea que lleva a cabo: la educación de los niños y niñas.
8. La plantilla del profesorado en los distintos centros educativos tiene que planificarse en función de las necesidades de cada centro. Una reducción de personal docente, de especialistas, de orientadores, etc., supone un deterioro del servicio educativo y perjudica la igualdad de oportunidades del alumnado, especialmente las de aquellos que experimentan más dificultades en el aprendizaje.
9. No se puede pretender mejorar la calidad de la educación en nuestro país, reducir las altas tasas de abandono y fracaso escolar, mejorar la Formación Profesional, reformar el cuarto curso de la Enseñanza Secundaria, programar objetivos educativos para el año 2020, etc., en un marco de reducción de la inversión pública en educación.
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