En respuesta a «Si la concertada tiene problemas, que vendan las joyas o la corona de la Virgen»

Señor Casco: Con todo el respeto que merece por ser diputado, con el apoyo de una amplia minoría del pueblo extremeño, me dirijo a usted para hacerle una serie de puntualizaciones sobre su escrito «Si la concertada tiene problemas, que vendan las joyas o la corona de la Virgen». En primer lugar he de decirle que los miles de trabajadores de centros concertados y los miles de trabajadores padres de alumnos de centros concertados, no entendemos su empecinamiento en atacar nuestros puestos de trabajo, usted que dice ser de izquierdas y que defiende al mundo laboral, máxime tratándose de empresas sin ánimo de lucro que realizan una labor pública de reconocido prestigio social y excelentes resultados, como indica la demanda de plazas en nuestros centros.


Yo podría decirle – que no le digo- que a mí como persona, me han llegado quejas del elevado coste económico de los cursos de formación para trabajadores, que un sindicato afín a sus siglas ha gestionado, para algunos – que no para mí- de manera poco clara y con resultados por todos conocidos, habiendo una red de centros de Formación Profesional y Enseñanza Permanente de Adultos.

Mire usted, yo como profesional de un centro concertado, entiendo la necesidad de esta formación continuada – a pesar de que no cobro sexenios- y la practico, por ejemplo matriculándome – pagando de mi exiguo bolsillo- en la Escuela Oficial de Idiomas. Me planteé un curso de “Aprenda Inglés en quince Días” con cargo a esos presupuestos de los que le hablaba, pero no me convenció su utilidad, ya ve.

Por tanto le aconsejo que reoriente sus ataques, no sea que alguien pueda pensar que si tal partido o tal sindicato necesitan financiación, pues que vendan la momia de Lenin.

Atentamente:
José Manuel Carbonero González